29 jun 2011

Comprender la enfermedad.

La enfermedad como la incapacidad de entender, admitir o percibir la distorsión interior, es dolorosa, en la medida en que "aprender la lección" se convierta en nuestra prioridad.
Todas nuestras enfermedades tanto físicas como psicológicas, igual que los accidentes o traumatismos, encierran un significado profundo; que si se comprende nos permite establecer una relación causa efecto entre ambos.

Acceder a esa información, depende de nuestra capacidad de decodificar y aceptar los mensajes que están detrás de estos acontecimientos. y por lo tanto, redirigir la energía, la acción, el pensamiento o la emoción que lo representa, lo cual a la vez nos fortalece, facilitándonos leer, entender y anticipar el efecto antes de que se manifieste.

Tener una visión mas sensible y cultivada, de la enfermedad nos permite ver, aprender y aceptar y por lo tanto intervenir con mayor rapidez y facilidad en nuestra posterior recuperación.

La visión que planteo no tiene validez dentro de la medicina occidental, por su definición y práctica materialista de la enfermedad; como predisposiciones genéticas, ya sean congénitas o adquiridas; por lo que solo le importa erradicar el síntoma, sin proveer lo que eso puede acarrear para la totalidad del organismo y sus innumerables interconexiones. En cambio con lo que nos plantea la medicina oriental, que define la enfermedad como un bloqueo energético del libre fluir en el camino de la vida, encuentro una buena similitud.

Una fácil manera de ver, como se relaciona la realidad espiritual con la realidad física, esta representada por la carta del carro en el tarot; Un carruaje que representa el cuerpo, al cochero la mente que lleva las riendas del caballo que son las emociones, y dentro del carruaje se encuentra nuestro ser espiritual, en comunicación directa con el mundo espiritual, maestros y seres de luz.

Cuando nos encontramos perfectamente alineados con nuestra esencia, tenemos una comunicación efectiva y constante con nuestro maestro interior. Cuando los mensajes se disortorcionan, y no se escuchan las indicaciones o las alertas necesarias, nuestros errores se intensifican. Andamos a ciegas, dándonos contra el mundo, y seguimos con la conducta, pensamiento o emoción equivocada, que no está en concordancia con nuestra misión.

Las indicaciones que recibimos tienen diferentes manifestaciones, primero como alguna molestia, dolor, un mal habito, el señalamiento que algo no funciona, dirección incorrecta, conducción temeraria, peligro, cansancio, etc. Estamos a tiempo de hacer los cambios pertinentes a cambio de poco sufrimiento.

Cuando no escuchamos las primeras indicaciones, nos veremos afectados con algo mas contundente, que nos obligue a detenernos; producto de una torcedura, un corte, o un golpe, que da lugar a un traumatismo y su consecuente estado depresivo, que acompaña el proceso de duelo; por las limitaciones ocasionadas por el accidente, del que toma tiempo recuperamos, lo que facilita la alineación con nuestro ser interior.

Cuando nuestros errores persisten y no tomamos cartas en el asunto para remediar nuestras acciones, pensamientos o emociones incorrectas, se desarrollan enfermedades relativamente graves, que nos obligan a detenernos, a volver a vivir las experiencias, y reproducir un esquema adecuado.

Lo relativamente grave de la enfermedad depende de la interpretación que le demos a esta experiencia, el nivel de aceptación, enfocándola como un aprendizaje, ya que nuestra curación depende de la transformación interior, que implica cambio, crecimiento transpersonal, desarrollo de la consciencia, trascendencia, confianza y entrega total a la existencia. En caso contrario seguir con las mismas tendencias autodestructivas bloquean o retrasan el proceso de curación.

Y esto ocurre con mucha frecuencia, pues "la avería en el carruaje" generalmente es una experiencia frustrante que nos conecta con ideas y sentimientos de fracaso , abandono, y perdida. Seguir en la ignorancia de creer que ésto es así, trae consigo mas sufrimiento, en la medida que escuchemos nuestro ser, igualmente la enfermedad o el síntoma toma la connotación opuesta, hay que tomar medidas lo que me ocurre es necesario, he sido un cabezota!

Estar en conexión con nuestro ser interior nos da experiencias que todos hemos experimentado, como sentirnos totalmente plenos, llenos de armonía, cuando estamos tan centrados que nos ha sido fácil ganar en algún juego o realizar una actividad con mucha precisión y sin esfuerzo, cuando experimentamos un gozo inmenso, placer extremo, amor sublime, etc. Cuando tenemos la sensación de que no estamos haciendo, que las cosas simplemente suceden. Estos son momentos percibidos como fuera del tiempo y espacio. Por eso se le ha llamado el éxtasis o iluminación, al estado continuo de contacto con nuestro ser.
Para reconocer el significado de la enfermedad o los síntomas que padecemos es conveniente hacernos preguntas como:
  • En que momento ocurrió y los eventos relacionados a nivel personal, familiar, laboral, etc.
  • Que parte, sistema o actividad afecta ?
  • Que me impide o me obliga a hacer?.
  • Pensamientos o sentimientos asociados o relacionados: Ira, amor, miedo, ansiedad o tristeza.
Responder estas preguntas nos aclara lo relacionado con las acciones, pensamientos o emociones que nos llevaron a experimentar la enfermedad. Para restablecer y mantener el contacto con nuestro ser interior es importante acudir a las siguientes practicas con mucha constancia:
  • Meditar diariamente, teniendo en cuenta postura, respiración, alineación correctas y una actitud mental de desapego. Podrías practicar las Meditaciones Dinámicas de Osho, Dinámica o Kundalini en la mañana y Nadabrama en la noche. Lo que te permite poco a poco ir silenciando el cuerpo(relajación), la mente(paz mental), y las emociones(amor universal). Por correcto me refiero a lo que te sea mas fácil realizar, que se adapte a ti, que te sea mas cómodo, procurando mejorarlo día tras día.
  • Hacer mínimo una relajación consciente diaria, tensando y luego soltando cada zona del cuerpo, hasta desconectar, o dejar de sentirlo. Liberar nuestra mente y emociones, visualizando, sintiendo y permitiéndonos todo, lo que significa ser libres.
  • Utilizar todas las medicinas a nuestro alcance preferiblemente las holisticas como la medicina biológica, ayurveda, naturopatía, acupuntura, homeopatía, osteopatía, etc.
  • Dedicarle un espacio especial a la respiración consciente que acompañe la mayoría de nuestras acciones.
  • Estar atento a los mensajes de nuestro ser en los sueños, intuiciones, coincidencias, para enfocar nuestro proceso curativo.
Podemos entonces actuar en forma bidireccional utilizando lo que tenemos a nuestro alcance para repararnos, con la ayuda de nuestro ser interior.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos del que fue becario del lokomat. Me alegro mucho de verte completamente repuesto y con el firme propósito de reparar el mundo y ayudar a los demás. Con afecto, Esteban González.
http://www.bubok.es/libros/198904/Historias-del-viejo-Zhang-contadas-por-un-occidental-Los-comienzos